Historias empacadas es una serie de capítulos dedicados a contar las experiencias, anécdotas, casos de éxito y dificultades que componen la trayectoria de Suprapak desde sus inicios. Nos permite sumergirnos en las perspicaces anécdotas que forjaron las fibras que componen nuestro trabajo como compañía.

En cada capítulo, las ‘Historias Empacadas’ son narradas y presentadas por sus protagonistas, integrantes reales de la compañía.

Queremos compartir estos aprendizajes para que nos conozcan mejor, esperando construir un dialogo en torno a estas historias que esperamos sean de valor, informativas, educativas e inspiradoras.

En este primer capítulo hablamos con Samuel Harf, el fundador y actual presidente de la compañía, que nos cuenta la historia de cómo se desarrollaron las primeras bandas de seguridad y empaques termoencogibles.

Suprapak empezó como una empresa que en esa época se llamaba Hawisa. Produciendo bolsas, bolsas comunes y corrientes, y a los 2 años ya eso era un mercado muy competitivo, muy competido. Nos pusimos en la tarea, varios compañeros, a buscar que podíamos hacer que el mercado estuviera requiriendo y que en ese momento no tenía una solución…

…El proceso era muy lento, los pedidos cada vez crecían a mayor velocidad; finalmente se nos ocurrió a nosotros mismos construir una impresora y uno de los compañeros fundadores de la empresa, que era un mecánico, construyo la primera impresora a un color, luego construimos otra impresora a dos colores, , luego construimos otra impresora a cuatro colores y así el negocio fue creciendo, pasar de estar establecidos en un garaje en una zona residencial de Cali a una bodega en la zona industrial de Cali, el negocio seguía creciendo, nos tocó alquilar la bodega de al lado luego la casa de al lado, luego la otra casa de al lado y finalmente tuvimos la oportunidad de adquirir una propiedad, donde se encuentra la empresa hoy en día, ya 41 años después.” – Samuel Harf.